lunes, 27 de diciembre de 2010

INCENTIVOS Y FERIADOS IRRENUNCIABLES. OPORTUNIDAD PERDIDA


El 25 de diciembre es uno de esos días en que podemos apreciar los efectos de las instituciones humanas en su intento por mejorar el bienestar de todos. Así en un recorrido por una ciudad muerta y cuasi abandonada como era Santiago, pudimos apreciar a los supermercados y centros comerciales cerrados y sin vida. Por cierto, las personas están en sus casas recuperándose del exceso de bebida y comida, del trasnoche, y al mediodía comenzaban a recuperarse…pero, el retail estaba cerrado.

Se tiene la impresión que podría haberse creado una mejor institución respecto del tema de los feriados irrenunciables. Por ejemplo, un local de supermercado típico vende en promedio $10.000.000 diarios que equivalen a $300.000.000 mensuales, lo que representa una utilidad por local de $150.000.000 mensuales. Si, además, suponemos, que en este local típico trabajan 50 personas con una renta promedio de $500.000, ¿Cuánto salario adicional debieran pagar los supermercados por una jornada extraordinaria?

De acuerdo a la Dirección del Trabajo, “para determinar el valor de la hora extraordinaria para un trabajador con jornada de 45 horas semanales, debe dividirse el sueldo del dependiente por treinta y el resultado multiplicarse por 28..”

El sueldo es $500.000, dividido por 30 da $16.667, y multiplicado por 28, da $466.667…

“El producto de tal operación debe dividirse por 180 siendo el resultado el valor de la hora ordinaria…”

El valor de la hora ordinaria es $2.593

“El valor de la hora ordinaria diaria así obtenido debe ser incrementado en un 50% (recargo legal) o por el porcentaje que se haya pactado si es superior para obtener el valor de la hora extraordinaria, el cual debe multiplicarse por el número de horas extras que en la respectiva semana se ha consignado en el registro de control de asistencia”.

Por lo tanto, para una jornada de 9 horas diarias, y una planta de 50 funcionarios encontramos que,
  • Para el recargo legal (50%), el supermercado debiera pagar un total adicional por todos los funcionarios de $583.000 por la jornada extraordinaria.
  • Para un recargo del 100%, debiera pagar $1.166.667
  • Para un recargo del 200%, debiera pagar $2.333.333
Es decir, si en vez del feriado irrenunciable las empresas de retail ofrecen a sus trabajadores un incremento del 200% en la hora ordinaria por trabajar un 25 de diciembre, eso significa pagar poco más de $2 millones equivalentes a poco menos del 2% de las utilidades mensuales estimadas por local. Y eso que no se han considerado los incrementos de ventas…

¡ Incentivos, incentivos, incentivos ¡

El dueño de un pequeño negocio de las cercanías de supermercados me comentaba que “se siente la diferencia en las ventas cuando están cerrados los supermercados…mis ventas se incrementen en al menos un 50%...Si cada día, vendo en promedio $50.000, cuando los supermercados cierran, vendo $80.000, en especial en productos de emergencia como bebidas, comestibles para colaciones, pan, papel higiénico…Y vendo más pese a que mis precios están por encima de los precios de los supermercados entre 20% a 30%...Por eso abro los días de feriados…”. Y al parecer no le va mal.

Siempre se debe permitir el surgimiento de nuevas instituciones humanas, pero en el entendido que si no sirven sean eliminadas prontamente. Sin embargo, si los supermercados y similares no reaccionan proactivamente, pronto veremos a los políticos asistencialistas comenzar a proponer mantener cerrado el comercio todos los días feriados, todos los fines de semana, etc.

Los dueños de supermercados deben reaccionar y actuar proactivamente, pese a que el tamaño los hace más lerdos y lentos, sino la industria comenzará a aletargarse ante el surgimiento de más y más restricciones. Los negocios necesitan espacios para funcionar, siempre y cuando retribuyan adecuadamente a los factores involucrados.

No matar la gallina de los huevos de oro del buen trabajo, al parecer, requiere un gran esfuerzo. De todos. Los clientes necesitan de los productos cuando los requieran, y no cuando les permitan. Por eso, los supermercados deben mirar más hacia la clientela y menos hacia las menores utilidades que puedan percibir.

El bienestar aumenta cuando muchos disfrutan de los beneficios de tener más y mejores servicios, y hacia eso debe apuntar la industria del retail. O hacia allá debe seguir apuntando.

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